“Todos somos nacidos de una mujer”. Este es el lema bajo el cual las mujeres de Espinardo se concentrarán el próximo martes 25 de noviembre contra la Violencia de Género.
En lo que llevamos de año, son más de 50 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas sentimentales o que estaban en trámites de divorcio. Se trata de una lacra que, a pesar de los intentos del Gobierno así como de las Comunidades Autónomas de llevar a cabo medidas contra esta monstruosidad, nos estamos acostumbrando a ello como si fuera algo normal verlo en la televisión, prensa, escucharlo en la radio o a través de medios interactivos. Es cierto que existe una Ley contra la violencia machista y una Ley de igualdad que es de agradecer. Pero ¿para qué quiero una ley si no está dotada de presupuesto necesario ni de personal? Esta pregunta se la hacen, al igual que yo, cientos de mujeres.
No debería tomar partido por esta causa pero, siendo hombre, es difícil no mostrar mi postura. No entiendo que le puede pasar a un hombre por la cabeza para cometer tal salvajada. Cada vez comprendo menos cómo un abogado puede defender a este tipo de personas. Ya sé que es su trabajo, que siempre hay que mantener la presunción de inocencia y que toda persona tiene derecho a ser defendida. Pero lo que no puedo comprender es que, a la hora del juicio, siempre el acusado estaba en el momento de cometer el acto bajo el efecto de las drogas o el alcohol. Menuda excusa barata.
Estas personas que cometen la barbaridad de matar o pegar a una mujer deben ser castigadas con la mayor pena de cárcel que sea posible. Para mí no hay defensa alguna que un hombre mate a una mujer, que deje a los hijos/as sin el cariño de una madre, que una mujer no pueda ser capaz de vivir de nuevo tras años de sufrimiento y, por supuesto, no hay perdón de Dios que un asesinato de este calado deje a una familia destrozada.
Por último, espero que tanto las mujeres como los hombres que estén en contra de la violencia machista, vayan juntos a la concentración bajo el lema “Todos somos nacidos de una mujer”. El lugar de la convocatoria es en el Centro Cultural de Espinardo situado en la C/ Tierno Galván a las 17.30 horas. Te esperamos para homenajear a las mujeres que ya no pueden hacerlo. Esta concentración va para todas ellas.
Constitución Española. Art. 15. Derecho a la vida. Todos tienen el derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.
En lo que llevamos de año, son más de 50 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas sentimentales o que estaban en trámites de divorcio. Se trata de una lacra que, a pesar de los intentos del Gobierno así como de las Comunidades Autónomas de llevar a cabo medidas contra esta monstruosidad, nos estamos acostumbrando a ello como si fuera algo normal verlo en la televisión, prensa, escucharlo en la radio o a través de medios interactivos. Es cierto que existe una Ley contra la violencia machista y una Ley de igualdad que es de agradecer. Pero ¿para qué quiero una ley si no está dotada de presupuesto necesario ni de personal? Esta pregunta se la hacen, al igual que yo, cientos de mujeres.
No debería tomar partido por esta causa pero, siendo hombre, es difícil no mostrar mi postura. No entiendo que le puede pasar a un hombre por la cabeza para cometer tal salvajada. Cada vez comprendo menos cómo un abogado puede defender a este tipo de personas. Ya sé que es su trabajo, que siempre hay que mantener la presunción de inocencia y que toda persona tiene derecho a ser defendida. Pero lo que no puedo comprender es que, a la hora del juicio, siempre el acusado estaba en el momento de cometer el acto bajo el efecto de las drogas o el alcohol. Menuda excusa barata.
Estas personas que cometen la barbaridad de matar o pegar a una mujer deben ser castigadas con la mayor pena de cárcel que sea posible. Para mí no hay defensa alguna que un hombre mate a una mujer, que deje a los hijos/as sin el cariño de una madre, que una mujer no pueda ser capaz de vivir de nuevo tras años de sufrimiento y, por supuesto, no hay perdón de Dios que un asesinato de este calado deje a una familia destrozada.
Por último, espero que tanto las mujeres como los hombres que estén en contra de la violencia machista, vayan juntos a la concentración bajo el lema “Todos somos nacidos de una mujer”. El lugar de la convocatoria es en el Centro Cultural de Espinardo situado en la C/ Tierno Galván a las 17.30 horas. Te esperamos para homenajear a las mujeres que ya no pueden hacerlo. Esta concentración va para todas ellas.
Constitución Española. Art. 15. Derecho a la vida. Todos tienen el derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.
